Vacaciones, proyectos personales y una gran desconexión, hacen que un mes después vuelva a postear alguna de mis vanidades para enriquecer con algo de egocentrismo y humanidad a esos grandes buscadores.
Un mes donde he visto a amigos, me he bañado en playas levantinas, he quitado el gotelé de mi casa, me he leído lo que para mí ha sido una de las mejores novelas que han pasado por mis manos (
La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón), me he reído con
Amazonas en la Luna, por el bien de mi vista he adquirido un monitor
Samsung SM 710N, me he traído encima 5 kilos de marisco y excesos, no he podido hacer submarinismo ni Wake porque no he tenido tiempo, he tenído un nuevo
hijo, he contado en 1.165.456 personas las que tienen la MalditaMargarita(tm) pegada en su coche, he descubierto que el Seat Leon FR lo regalan con compras superiores a 60 en Carrefour y me he planteado dos veces dejar de publicar en el Blog.
La 1ª vez fue porque leí que los blogs, y en general, el Hedonismo en Internet estaba marcando lo que se conocía como Internet 2.0. Gilipollez que me sorprendió ya que el ilustrado inventor de ese cambio de versión, esta claro que no tiene ni idea de la evolución de Internet desde Arpanet o Usenet hayá por los 70. En fin, si alguien quiere reproducir este comentario en su circulo de amigos que bajan del eMule, ven DiVX o escuchan Mp3, puede hacerlo casi libremente (cc).
La 2º vez, un obrerete contaba a su amigo pintor que había creado un blog mientras yo me tomaba una pinta con la antena puesta en tan ingenioso comentario. Una vez un corredor de bolsa consagrado me dijo: 'Yo deje de invertir de bolsa cuando camino al aeropuerto, un taxista sintonizaba Radio Intereconomía y se permitía hablarme de valores mobiliarios como si de comprar sellos se tratase'. Pues bien, ese momento ha llegado. ¿Moda? ¿Necesidad? ¿Egocentrismo? El caso es que ya todo el mundo tiene un blog, y el que no, un espacio en MSN. Tampoco lo actualizo como en sus primeros meses así que nadie (muy a mi pesar) echará en falta esta trozo de mi vida. No obstante, que nadie se asuste porque esto no cierra, simplemente hago público que esto se muere y, sin esforzarme mucho, puedo escuchar de fondo las campanas del apocalipsis mientras sobre nuestras cabezas llueven saltamontes.
p s i c o t i k b l o g . h e l l b o y