Ohmmmmmmmm...

Año nuevo, vida nueva y venga a llenarla de compromisos. No es mi caso. En esta larga postadolescencia, si algo he aprendido, es a no realizar una larga lista de compromisos a fecha 31 de diciembre u otra susceptible de adoración posterior. Hubo una época en la que sí me proponía y proponía, pero eso solo culminaba en frustración por no llevar a cabo los descabellados objetivos.
Toda esta introducción tiene un sentido y no es fruto de la mala calidad de los cereales de Carrefour. Resulta que hoy tengo mi primera clase de Yoga [Ohmmmmmm]. No es por compromiso adquirido sino por necesidades mayores. El estrés de la maldita sociedad moderna, esta acabando conmigo y he decidido ahogar mis penas en la gimnasia budista. No es que tenga mucha confianza ni mucha elasticidad, pero creo que es poco lo que puedo perder y mucho lo que ganar. Voy con otros dos amigos así que espero no romper en risas cuando nos pidan que pongamos la pierna detrás de la cabeza...
Mañana prometo plasmar aquí mis experiencias y espero que si hay algún yogi [y no me refiero a estos] entre los lectores, plasme las suyas.
Hoy me siento trascendental...

p s i c o t i k b l o g . h e l l b o y